Mis Letras
Allá por el año 2015 dedicaba un relato a ese gran desconocido: Cupido.
Os presento:
A mi Cupido
Querido Cupido,
Igual que otras personas escriben a Papá Noel o a los Reyes Magos, he decidido escribirte a ti. ¿Por qué no? Al fin y al cabo tú nos traes uno de los más grandes regalos. El Amor.
Ya tengo unos cuantos años a mis espaldas y no tengo rastro ni noticias de ningún amor, así que he decidido ayudarte a buscar mi único y verdadero amor. Seamos sinceros, los chicos que he conocido hasta ahora… No encajaban, estarás de acuerdo conmigo. Pero he descubierto cuál es el motivo, ellos no eran tú.
Ay Cupido, no puedo seguir negando por más tiempo que, lo que yo quiero, lo que deseo en realidad, con todas mis fuerzas, es conocerte.
Deseo conocer al hombre que entiende realmente aquello que guarda mi corazón sin necesidad de mediar palabras, me gustaría conocer el olor del verdadero amor.
Quisiera ver tu rostro, de belleza atemporal y enredar mis manos en tus cabellos. Ardo en deseos, amado mío, de conocer de tus labios el sabor auténtico del amor.
Ah, Cupido mío, yo no te pido que renuncies a tu trabajo, ni a tu nombre; tan sólo me gustaría que compartieras conmigo algunas de las muchas conmovedoras historias que seguro has conocido, propiciado o presenciado.
Sólo con pensarte me lleno de felicidad, si eso no es amor, dime tú qué lo es.
Amor incondicional, puro, sin exigencias. No te pido que me correspondas, amor, pero estoy segura de que, si te molestas en conocerme no querrás estar con nadie más.
Cupido, cuento las horas para celebrar tu día.
En tu honor prepararé una cena romántica el día más especial para ti del año y, si tienes a bien, ven a conocer a tu más ferviente enamorada. Te estaré esperando.
Con cariño se despide,
Tu Corazón.
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