De Rumbos y Tumbos

No es ningún misterio que antes de dedicarme por completo a la escritura mi profesión era otra y antes de esa, otra y así podría continuar.

Sí, es posible tener un compañero secreto, oculto hasta para tus más cercanos.

Un sueño que jamás te hubieras atrevido a mencionar en voz alta y tener otros muchos sueños, pasiones y retos que quieres probar, hacer, cumplir.

En mi vida he tenido la suficiente fuerza de voluntad e ímpetu como para perseguir cada sueño. He tenido el tesón y la constancia de trabajar en su persecución hasta alcanzarlo, hasta vivirlo.

Y no, jamás podría olvidar que nunca estuve sola, que muchas personas me ayudaron en el camino; dándome su apoyo, ofreciéndome una palabra de aliento cuando me hacía falta o poniéndome trabas, esas que aprendí a salvar y me enseñaron a superarme a mí misma.

Hayan sido grandes, pequeños o medianos, los sueños, sueños son pero opino que no por ello haya que darse el lujo de no perseguirlos, al contrario.

Son el entramado de lo que nos hace ser especiales, de aquello que nos permitirá conocernos mejor a nosotros mismos. Los sueños nos harán vivir emocionantes experiencias y nos mostrarán el rumbo hacia nuestra verdadera esencia.

Si pienso en quién era yo hace unos años y en todo lo que me quedaba por vivir hasta llegar al día de hoy, me invade una sensación de orgullo por los retos superados, las metas alcanzadas, las trabas vencidas.

Soy de la opinión que todo ello me ha hecho ser quien soy a día de hoy y me gusta esa persona, me cae muy bien.

Río a diario, tengo amigos de verdad, una vida más o menos tranquila y siempre ando aprendiendo cosas nuevas, algo que por cierto, me encanta.

No hay nadie que me pueda hacer sentir mal por haber elegido un sueño u otro en algún momento de mi vida porque puedo decir con una gran sonrisa que he hecho todo lo que he querido hacer, que he alcanzado a cumplir cada sueño que una vez tuve y me siento francamente orgullosa de ello.