Aprendiendo cosas Nuevas
Dicen que nunca es demasiado tarde para aprender, servidora es de la opinión de que vivimos en un aprendizaje continuo. Tal vez ese sea el motivo por el que me encanta este trabajo, porque siempre hay algo acerca de lo que documentarse.
Como había venido a explicar, hace poco empecé a hacer un curso de Redes.
De las que se usan para pescar no, de las otras, las redes sociales.
Porque uno puede ser usuario más o menos habitual pero el mundo de internet puede cambiar tan deprisa y contiene tantas aplicaciones que nos podrían facilitar la vida o el trabajo y que desconocemos que quise aprender un poco más. Tengo que confesar que yo misma me veía enredada en una gran red de pesca o en una telaraña gigantesca, en mi mente claro, que es así de maja y sarcástica y me produce esta serie de imágenes que me causan más risa que otra cosa.
Sin embargo tras empezar a comprender mejor algunas cosas, creo que solo es cuestión de tiempo poder llegar a dominar el mundo y parte del universo conocido.
Lo primero que he comprendido es que hay tantas aplicaciones y redes sociales que de ser una persona guay ayer, hoy me he convertido en una carca.
Si ayer estaba al día de novedades y de las últimas tecnologías, hoy me he quedado anticuada y bastante desfasada. Y no me arrugo si os digo que soy feliz.
Otra cosa que he descubierto es que hay más redes sociales de las que soy capaz de nombrar. ¿Qué digo? De las que pueda siquiera recordar.
Y no, no es necesario estar en absolutamente todas ellas por más que las compañías se empeñen en hacérnoslo creer. Además, como se van absorbiendo y comprando unos a otros, cada día unos se parecen más a los demás, se integran, etcétera y ya está. No hemos tenido que abrir trescientas cuentas.
Por otro lado todo esto va genial para mantener la humildad presente en todo momento y sacarle brillo a menudo porque, veréis, esto de ser la última en enterarse de para qué sirve una función de la aplicación del momento, sí, sí, esa que te podría facilitar la vida (y el trabajo de paso) o sencillamente entretenerte desde hace tiempo o que cualquier persona con la mitad de años que una sepa cómo funciona de cabo a rabo, es como para ponerse a echarle el vaho a tu humildad cual ventana y frotarla hasta que deslumbre.
Aunque lo mejor que he aprendido es a no terminar enterrada bajo una marea de bytes y datos, lo que ya es un logro importante, mientras mejoro en esto del manejo de las herramientas que tengo a mi alcance para ser mejor en mi trabajo.
Y es que el cerebro siempre puede aprender algo nuevo.
Y tú ¿has aprendido algo nuevo últimamente?
