El Día de la Madre
Sí. Hoy no es el primer Domingo de Mayo, es mañana.
Pero como servidora hoy está en Castellón, en maravillosa compañía, para hablar de lo que nos gusta, la literatura (mal pensad@s) y, hasta mañana (algo tarde) no llegaré a casa, los amores de mi vida me han adelantado los regalitos que me han querido hacer este año (igual me dejo alguno por si cae alguna sorpresa que a la fecha de escribir este artículo, no me hayan dado. Guiño, guiño, patada, codo).
Los que me conocéis sabéis que es muy sencillo hacerme feliz (con hacerme reír…) y los que me vais conociendo, supongo que es sencillo darse cuenta que conmigo, los pequeños gestos y los detalles son lo que cuenta.
Como no me gusta nada el café (ironía modo: on, podéis poner los ojos en blanco. ¿Te he pillado Mr Husband?), ni tomar un té caliente de vez en cuando (insertar réplica verbal deseada) pues me han regalado tres tazas.
Una amarilla (en compensación por otra del mismo color que murió fuera de servicio).
Una rosa con un mensaje precioso (que aunque el rosa no sea de mi devoción, esta taza sí):
"DREAMS are only dreams until you awake and make them real"
"Los SUEÑOS son solo sueños hasta que te levantas y los haces reales"
Y otra blanca y un verde grisáceo con otro mensaje directo al corazón (la adoro):
"Let life surprise you"
"Deja que la vida te sorprenda"
Una taza por cada retoño que hemos creado juntos.
Además, me han regalado una jartá (porque lo son) de libros, en concreto once, para colorear para adultos y un conjunto de veinticuatro colores nuevos (aun conservo los que tenía cuando era pequeña pero se agradece enormemente).
Me ha hecho gracia que en las portadas de los libros pone que son anti estrés, esto me ha hecho dudar y pensar acerca de la imagen que recibe mi familia de mí (podéis reír si queréis). Lo dije en Redes Sociales: no sé si me lo han regalado porque me quieren mucho o porque me ven muy estresada (prefiero pensar que es la primera opción).
Y es que el mero hecho de que en algún momento hayas manifestado tu deseo de volver a pintar como cuando eras pequeña, o se hayan fijado en ese detalle personal del placer que te produce el estar en casa y beber en tu taza un café recién hecho, me hace sentir enormemente afortunada.
Afortunada y muy feliz de la familia que tengo, de la familia que hemos creado juntos Mr. Husband y yo y, de ver cómo crece y madura cada día.
Porque la felicidad es el camino que andamos, el que construimos cada día con pequeñas acciones.
