Balanceando
- 26 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Pasito a pasito hemos llegado, casi sin darnos cuenta.
Estamos aquí en el último artículo del año.
No pensaba hacer este tipo de artículo así que veremos qué sale, ¿os parece?
Ha sido un año largo para mí, muy largo (no sé si alguna vez os podréis hacer una idea) sin embargo si tuviera la necesidad de poner un nombre a este año que da sus postreros coletazos sería: GRATITUD.

Es lo que llena mi corazón en estos momentos y, echando la vista atrás, de lo que más ha habido los últimos doce meses.
Ha sido un año de muchos cambios.
He cambiado drásticamente mi carrera profesional, no sin pena ni dolor (creedme, ha habido lágrimas), pero me llevo lo mejor: el apoyo de mis amigos y conocidos para esta nueva etapa.
Mantener esas amistades forjadas a carcajadas y largas horas de trabajo es importante para mí.
Ha sido un año de crecimiento personal, de superación, de éxitos, de relativizar lo negativo.
¿Quién me iba a decir a mí en Febrero que iba a estar donde estoy hoy?
He sufrido, he llorado, he trabajado, me he enfadado, me he caído, me he levantado y he reído (mucho. Pero mucho… mucho).
Vaya este parece mi artículo de acción de gracias más bien…

Estoy muy contenta y muy agradecida de todo lo ocurrido este año.
Sí, lo bueno y lo malo (aun con el accidente).
Porque todo lo ocurrido este año me ha llevado a superarme, a crecer, a expandir mis horizontes y a estar hoy aquí, con vosotros.
Con toda esta gente maravillosa que estoy conociendo; a algunos ya los tengo como amigos (otro motivo más para estar agradecida), otros son conocidos, otros compañeros y otros, seguidores y lectores.
No deja de maravillarme el poder llegar a tanta gente, a tantos corazones con mis letras, con mis palabras.
Este año me he redescubierto, he aprendido a aferrarme a mí, a quererme como es debido y he aprendido que lo más grande que tenemos en esta vida es el Amor.

El amor es lo único que puede cambiar las cosas, lo que nos hace salir delante de cualquier situación, el que nos empuja a seguir.
Yo siento amor por la vida, mi vida, por mi familia (tanto por los más cercanos como por los más lejanos), por las pequeñas cosas (que acaban siendo las más grandes) y por mi trabajo (pasado y presente).
Si estás leyendo esto, seas quien seas, te deseo éxito en tu vida y en tu trabajo pero sobre todo, deseo que tu vida esté llena de amor.
Porque no importa si eres rico o pobre, erudito o sin estudios, el amor siempre saca lo mejor de uno mismo y poco o mucho, te hará mejor persona, te hará crecer.
Los siguientes artículos del Blog ya formarán parte del 2016, nos vemos entonces.

¡¡Felices Fiestas y Próspero Año 2016!!
Entradas recientes
Ver todoHay una creencia muy extendida y que tal vez sea el motivo por el cual se infravalora esta profesión tan antigua como necesaria en la que...