Presentación Amor Prohibido
El pasado 5 de Octubre, como recordaréis, tuvo lugar en la Biblioteca Municipal Les Voltes de Sant Vicenç dels Horts, la segunda presentación de Amor Prohibido, mi primera novela, la primera que hacía en solitario.
Solitario, por supuesto, es una forma de hablar, pues me vi arropada por personas que, con gran placer, conocí en el proceso.MLXLS
No me quiero dejar a nadie, así que hago llegar mi más sincera gratitud a todo el Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts y a la gente que trabaja en él.
En particular al Departamento de Cultura con Maite a la cabeza y Teo que asistieron al acto como representantes del mismo.
Me faltan palabras de agradecimiento hacia esta gran Biblioteca, Les Voltes y su directora, Montse.
El trabajo que desempeñáis y el celo que ponéis en él es, cuanto menos, inspirador.
Quiero hacer extensible este agradecimiento a todo el personal de la Biblioteca (personal de limpieza incluido) por el buen trato y el recibimiento que me habéis brindado, así que, Judith y a todos los demás: Gracias.
Tampoco puede una dejar a un lado u olvidar a aquellas personas que asistieron al acto: amigos, seguidores y desconocidos (hasta aquel día), ni a los que no pudieron llegar a tiempo; a todos: Gracias. Gracias por vuestro apoyo, muestras de cariño y mensajes.
Y a los seguidores que por geografía os fue imposible, no, no me olvido (¿cómo hacerlo?), gracias también por vuestros mensajes públicos y privados.
A todos:
Gracias por estar ahí, por ser el receptor que todo autor desea.
Y dicho esto, os estaréis preguntando:
¿Pero cómo lo viviste tú? (¿A que os conozco bien?)
Pues tengo que admitir que, dada mi timidez (aunque no lo parezca, lo soy) lo pasé bastante mal al principio. Aunque al ver a tantos seres queridos allí y a personas que habían venido expresamente a conocerme, me dio los arresto necesarios para no salir corriendo (eso y que alguien me ató unos grilletes con una bola enorme y pesada al tobillo)
Una vez ya metidos en faena, no podía parar de reír y sonreír (increíble, ¿verdad? Yo. Riendo).
Estaba feliz. Realmente feliz. Porque a pesar de mi vergüenza, mis ganas de esconderme o de salir corriendo, si estaba allí es porque a alguien le gustaba mi trabajo, mis horas de esfuerzo, mi dedicación y eso, eso, no hay forma de agradecerlo.
Me faltan días en mi vida y cuerdas vocales para decir todos los GRACIAS que quiero decir a todas las personas a las que se los quiero decir.
