Paquetes Vacacionales
¿Qué le ocurre a la gente con este fenómeno de los paquetes vacacionales?
Tres noches, cuatro días; cinco noches, seis días; siete noches, ocho días; nueve noches, diez días.
Y se dejan una pasta en ir a la otra punta del mundo, a tumbarse en una playa o a hacer alguna actividad que pueden hacer más cerca de casa (casi el cien por cien de las veces).
Muchas personas, se van estresadas por todo lo que tienen que hacer antes de irse de “vacaciones” (aunque tengan todo el mes, sólo contarán como auténticas vacaciones los días que pasen en su paquete vacacional, para eso lo pagan).
Llegan a su destino estresados porque, hay un montón de actividades y cosas que hacer y lugares por descubrir.
En cuanto empiezan a relajarse, se les acaba el tiempo (ocurre siempre) y toca volver, vuelve el estrés del regreso, la vuelta y la “adaptación antes de la vuelta al trabajo”, lo que de toda la vida se han llamado vacaciones pero de un tiempo a esta parte nos hemos vuelto extrañamente anormales y nos creemos que para pasarlo bien en vacaciones tenemos que concentrar las actividades de todo un mes en cinco, siete o nueve días para sentirnos como si nos pasaran por una lavadora con el programa completo y luego siguiéramos por una secadora hasta que volvemos a plantar los pies en el suelo y estamos en casa de nuevo, con un montón de ropa por lavar, un montón de dinero menos en el banco y un montón de recuerdos inútiles que cogerán polvo en casa de familiares y amigos. Pero eso no es lo mejor, lo mejor son las frases del tipo:
“Estamos reventados, no hemos parado ni un minuto, pero ha merecido la pena”.
“Es agotador, no sé cómo hemos podido hacer todo lo que hicimos”.
“Es tan bonito, pero apenas nos dio tiempo a ver nada”.
“El año que viene tenéis que ir”.
Tomando como definición de vacaciones el descanso total de actividad, este nuevo concepto que va en auge en los últimos años, hecha por tierra todo descanso y cese de actividad física. Literalmente.
Siendo sinceros, si me voy de vacaciones, no es precisamente, para montar una maratón de actividades, ni para extenuarme y mucho menos para comprar “souvenirs” hechos en China o Taiwán (en serio, vayas a dónde vayas, los recuerdos están hechos en China o en Taiwán) que, aunque todos lo saben, compran de todas formas.
Por cierto, las vacaciones de este año, las prefiero pasar más tranquila, que el año pasado acabé agotada y no me dio tiempo a ver nada aunque mereció la pena; no sé cómo me dio tiempo a hacer todo lo que hice, no paré ni un minuto.
Si podéis, el año que viene, tenéis que ir.
